martes, 21 de junio de 2011

Oración del Padre Farinello en el Congreso - Argentina- 2011

"Señor, venimos delante de Ti este día, para pedirte perdón y para pedir tu dirección.
Sabemos que tu Palabra dice: 'Maldición a aquellos que llaman "bien" lo que está "mal" y es exactamente lo que hemos hecho.
Hemos perdido el equilibrio espiritual y hemos cambiado nuestros valores.
Hemos explotado al pobre y hemos llamado a eso “distribución de la riqueza".

Hemos recompensado la pereza y la hemos llamado “Planes Sociales".

Hemos matado a nuestros hijos que aun no han nacido y lo hemos llamado "la libre elección".

Hemos dejado que maten y roben y lo hemos llamado “derechos humanos".
Hemos sido negligentes al disciplinar a nuestros hijos y lo hemos llamado "desarrollar su autoestima".

Hemos sido corruptos y abusado del poder y hemos llamado a eso: "Política".

Hemos codiciado los bienes de nuestro vecino y a eso lo hemos llamado "tener ambición".

Hemos contaminado las ondas de radio y televisión con mucha grosería y pornografía y lo hemos llamado "libertad de expresión".
Hemos ridiculizado los valores establecidos desde hace mucho tiempo por nuestros ancestros y a esto lo hemos llamado "obsoleto y pasado".

¡Oh Dios!, mira en lo profundo de nuestros corazones; purifícanos y líbranos de nuestros pecados.

Amén.

Ensayo

Comunicación, Información y Educación:
Un todo que es más que la suma de sus partes.

“La libertad de buscar y decir la verdad es un elemento esencial de la comunicación humana, no sólo en relación con los hechos y la información, sino también y especialmente sobre la naturaleza y destino de la persona humana, respecto a la sociedad y el bien común, respecto a nuestra relación con Dios. “
Juan Pablo II

La comunicación es tan importante hoy, que está omnipresente. Hasta hemos aprendido que es imposible no comunicarse. Comunicar, informar, anunciar, revelar, trasmitir, propagar… verbos que anuncian y enuncian un modo declarativo de divulgar y extender el conocimiento sobre algo: un suceso, un descubrimiento, una opinión, un hecho, se hacen de dominio público y social gracias a que alguien lo transmite. Tras el mito de la “objetividad”, las informaciones y otras especies van llenando el aire de sonidos, de ruidos, de imágenes, de colores, de gustos, de comportamientos mimetizados.
¿Existe, realmente la “objetividad”?, me atrevo a afirmar que no. Todo está teñido de los “anteojos” paradigmáticos de quien se comunica, mira y entiende lo que transmite, conformando así un “ecosistema comunicativo” , desde el que vivimos la relación entre máquinas, lenguajes, sensibilidades, saberes y escrituras; con una hegemonía de lo audiovisual sobre lo tipográfico y con la reivindicación de la imagen en la presentación del conocimiento. “Todo lo cual incide tanto sobre lo que entendemos por comunicar, como sobre las figuras del convivir y el sentido del lazo social”
Cuando hablamos de comunicación, es imposible no tener una idea de “conocimiento”, que acompañe a aquella. Conocimiento que la ciencia había constituido en uno de los más poderosos instrumentos de transformación de lo natural, con capacidad para resolver problemas críticos, como el hambre del mundo, o la escasez de recursos. La búsqueda del conocimiento a través de la racionalidad científica se había convertido en uno de los valores sobresalientes del espíritu humano. Sin embargo, en palabras de Luciano Sanguinetti, hoy, que vivimos en el desarrollo de la “cuarta plataforma”, donde los medios de comunicación e información, se hacen imposibles de evitar. Siendo la “primera plataforma” la que se inauguró con el diálogo socrático como modelo de investigación, la segunda, la clasificación de lo ortodoxo de lo heterodoxo sobre la base del principio de autoridad y en la tercera prevaleció la sistematización de saberes universales y la ciudadanía nacional, ¿cuál sería el desafío de la cuarta plataforma?... y aquí estamos frente al dilema de que, el pensamiento científico ha abierto las posibilidades de desarrollo de una “inteligencia colectiva”; pero a la vez, hay que luchar contra los intereses económicos y los poderes políticos que comprometen seriamente la supervivencia del ser humano, debido a una inequidad social reinante asociada a la privatización y al acceso desigual al conocimiento y la información que resultan moralmente injustos. Tomando las palabras de José Luis Dader: "Para que la racionalidad del debate pueda existir, tal y como preconizaba la teoría liberal clásica, no basta la libertad formal de todos los ciudadanos para intervenir. Es preciso también que todos los participantes estén dotados de canales de información eficaces para conocer a fondo la realidad en torno a la que discuten. Requieren además una 'conciencia crítica' que les mantenga alerta y les impulse a aceptar el esfuerzo de analizar con rigor los problemas públicos. Unos ciudadanos despreocupados por la calidad de las informaciones de actualidad que reciben, ignorantes del grado de superficialidad y escasez de las explicaciones de la actualidad pública que llegan a recibir, es un público desposeído de capacidad real de participación". Y aquí, se hace presente la idea de Martín-Barbero sobre la educación expandida como la necesidad de aprovechar la crisis actual que vive la escuela como institución, en paralelo a otras crisis que afectan también a la familia, a la política, al Estado ... para integrar lo que él llama "saberes compartidos". Estos saberes complementarían al saber hegemónico que representan el saber científico, el libro y los letrados, para integrar el lenguaje poético, el lenguaje de los sentidos, el lenguaje del cuerpo y el lenguaje de la experiencia social, en definitiva. Desde una perspectiva integradora y holística, para el autor, el objetivo último de esta forma de educar debe ser el ejercicio de la ciudadanía y para ello es fundamental aprender a contar la propia historia.
Entonces… hagamos realidad el adagio…Zozobra la verdad; mas nunca ahogada la verás
Gracias.