miércoles, 4 de abril de 2018

Y llegó el epílogo...


Y llego el epílogo..
Porque hasta el mejor libro, el más entretenido, ese que tanto nos gustó, tiene un final.
Un final que nos deja el gusto de la historia maravillosa,  la nostalgia de lo sucedido y la soledad del final.
Pero no una soledad como lo dice su etimología “cualidad de no estar con nadie más”, porque, sabemos que desde “ese” día, nunca estaremos así, porque el recuerdo de muchos momentos, sus sonidos, sus aromas, su piel, siempre estarán allí…
Y será maravilloso, tal vez, cruzarte por la calle, o tal vez, traerte a mi memoria, y traerte también, a la sensación de aquellos momentos de recreo, de charla, de licencias… Y será curioso, tener que saludarte como extraño, después de tanta intimidad, pero, son las reglas del juego… Entonces…
Déjame terminar este último capítulo del libro que juntos, vinimos escribiendo… con este epílogo,
Nuestra vida va pasando,
Entre gustos y emociones
Más no todas las canciones
Emocionan por igual.
Sin embargo, aquel ritual
De que llames tras tus ganas
Ha llegado esta mañana
A caprichoso final.
Amante, amigo, recreo
No importa, el nombre da igual
Su recuerdo irá conmigo
En un cántaro especial.
Adios… Alba Cecilia.




Las ollitas de Mimbí


LAS OLLITAS DE MIMBÍ- ritmo del sapo pepe


La panambí salió de entre las flores
Con las alitas de color azul
Mainumbi, en cambio, con el color rojo
Salió volando detrás de un ombú…
La indiecita Mimbí…
amasa, amasa
arcilla del río
amasa, amasa
y hace vasijas
para cocinar…
para cocinar…
Moja sus manos el agua del río
Y con las uñas dibujá así…
Redondelitos, rombos y espirales
Adornan las vasijas de Mimbí…
La indiecita Mimbí…
amasa, amasa
arcilla del río
amasa, amasa
y hace vasijas
para cocinar…
para cocinar…




Con la corteza de chukum las pinta
Y con el azul que le da el añil
El color negro lo da el palo tinta
Y con el hierro ella hace el carmín…
La indiecita Mimbí…
amasa, amasa
arcilla del río
amasa, amasa
y hace vasijas
para cocinar…
para cocinar…
Y mientras la ollita se seca al sol
La nena corre tras la panambí
Ñamandú el dios, los espía del cielo
Y también juega el mainumbi…
La ollita ya se secó…
Y brilla, brilla,
Y agua tendrá…
Fresca, frequita…
Todos tomarán…
En esa ollita…
Todos tomarán…

Mainumbí                     Panambí
 Mimbí chukum Acacia
Tala negro

Añil



Canción de los oficios


La canción de los oficios  - Ritmo del twist del monoliso
Escuchemos bien atentos
La canción  de los oficios…
Herramientas, materiales
De cada uno especiales
El bombero, el policía
El doctor, el carpintero
El cartero, el panadero
El albañil y el taxista.

Estribillo
Cada uno su herramienta
Tiene para trabajar
Cada uno con su oficio…
En el campo y la ciudad

El fratacho y la cuchara
Con la pala y el balde
De mañana y de tarde
Los usa el albañil
En curar y prevenir
El doctor es el primero
Y si cartas tú recibes
Te las traerá el cartero.
Estribillo



El martillo y el serrucho,
el carpintero utiliza
el centímetro y la tiza
usa siempre la modista
la pala y el azadón
para tener lindas flores
las usa el jardinero
y nos llena de colores
Estribillo
Cada uno su herramienta
Tiene para trabajar
La canción de los oficios
Ha llegado a su final…



Óbito… (abril 2016)
No me puedo despegar de ti…
Huyo pero parece que en vez de alejarme te atraigo…
Como la pegajosa humedad de esta persistente llovizna de abril, que se empeña en nublar hasta los pensamientos.
No me puedo despegar de ti…
A pesar de buscar una luz en el verdor de mis acacias… un perfume distinto en la taza de café humeante… otra armonía en el viejo violín que rechina en la radio… algún luminoso color, que escape a este gris insondable de tantos días sin sol.
No me puedo despegar de ti… eres como esa mancha de humedad en la pared: silenciosa y omnipresente. Eres como el silencio eterno de las tumbas; como los cantos no cantados; las palabras no dichas; las caricias no recibidas…
Eres eso tan presente y amenazante, más mío que mi sombra.
Eres la única verdad de este andar desandado de mentiras.
Eres la única presencia real en mi soledad de vida.
Eres “eso”, de lo que anhelo huir pero que al fin sé que huyendo más me persigues y más sencillo te será alcanzarme, porque desde que me hice a la vida te pertenezco, y mis pasos, aunque yo no quiera, a ti me llevan…
Muerte. ¡Qué difícil es huir de ti y qué difícil también es hallarte!

Letargo


Letargo
Intento despertar… no puedo.
Aún me tiene atrapada mi capullo.
Puedo sentir  la brisa mañanera
y tu presencia intuyo…
Intento despertar… no puedo.
Mis alas húmedas de llanto me detienen.
La calidez del sol intenta, inútil
secarlas, para que mi alma vuele.
Intento despertar… no puedo.
Morfeo en sus brazos me aprisiona.
Como blando nido me cobija
y enmascara mi real congoja.
Intento despertar… no puedo.
“La vida es sueño”, según dice un poeta.
El sueño es el engaño de mi vida,
Que dormida, se mantiene quieta.
Intento despertar… no puedo.
El letargo me gana la partida.
Es más fácil cobijarme en el sueño
Que despertar a la lucha de la vida.
El silencio del ruido estrepitoso.
La ceguera de las luces fatuas
El adormecimiento del espíritu
El frenesí de emociones desatadas…
Intento despertar… llamo a mi espíritu.
Intento escuchar a mi silencio.
Intento callar mis emociones,
y ver la esencia de lo verdadero:
Despertar a la vida del espíritu;
sentir más allá del sentimiento;
sobre volar mi cuerpo adormecido…
y elevarme incólume hasta el cielo.

Resurrección


Tardecita de marzo, sol de otoño
que brilla entre doradas hojas
la luz de tus ojos se me antoja
el sol que necesita mi retoño.

Desconozco la causa de mi escoño
Y el motivo de tanta congoja
Pero tú sin duda la desalojas
Con tu modo de ser, nada bisoño.

Brillas como el sol de la mañana
Y de toda tristeza me despojas
Con la ternura que tu mirada emana

Y aunque desear tus amores me sonroja
Busco tu presencia cercana
Como el jazmín busca la troja.

sábado, 28 de mayo de 2016

A mis nietas... Eluney y Matilde... los dos primeros soles que alumbraron mi ser de abuela.

Por qué, nace abuela, el sol cada día?
¿Se duerme la luna?…  ¿se ríe la risa?
¿A dónde se esconde el sol cada tarde…
Por qué no se quema, si dicen que arde?
El hilo de seda, que teje la araña…
¿A dónde lo compra, que nunca se acaba?
Los grillos que saltan cantando en el patio
¿Es cierto que raspan sus patitas rápido?
Cuando va a llover, andan las hormigas
Todas apuradas, llevando comida…
Y los alguaciles, vuelan presurosos…
¿Quién les contaría que lo saben todo?
Vestidos de invierno: marrón y amarillo
Y en la primavera, de colores vivos…
Los árboles cambian, todos sus vestidos…
Dime ¿quién los pinta, que son tan bonitos…?
Las nubes pasean, libres por el cielo
Armando figuras para entretenernos
Las estrellas guiñan sus ojos brillantes
di… ¿quién las enciende y apaga al instante?
Hay abuela, abuela!!! Cuantas son las cosas…
Que nadie me explica, y son tan hermosas!!!

Dedicada a mi nieta Eluney.