Y llego el epílogo..
Porque hasta el mejor libro, el más entretenido, ese que
tanto nos gustó, tiene un final.
Un final que nos deja el gusto de la historia
maravillosa, la nostalgia de lo sucedido
y la soledad del final.
Pero no una soledad como lo dice su etimología “cualidad de
no estar con nadie más”, porque, sabemos que desde “ese” día, nunca estaremos
así, porque el recuerdo de muchos momentos, sus sonidos, sus aromas, su piel,
siempre estarán allí…
Y será maravilloso, tal vez, cruzarte por la calle, o tal
vez, traerte a mi memoria, y traerte también, a la sensación de aquellos
momentos de recreo, de charla, de licencias… Y será curioso, tener que
saludarte como extraño, después de tanta intimidad, pero, son las reglas del
juego… Entonces…
Déjame terminar este último capítulo del libro que juntos,
vinimos escribiendo… con este epílogo,
Nuestra vida va pasando,
Entre gustos y emociones
Más no todas las canciones
Emocionan por igual.
Sin embargo, aquel ritual
De que llames tras tus ganas
Ha llegado esta mañana
A caprichoso final.
Amante, amigo, recreo
No importa, el nombre da igual
Su recuerdo irá conmigo
En un cántaro especial.
Belleza contundente en cada verso, como el sol caído entre las hojas.
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